1.     Todo puede ser mágicamente cocinado

Marvin Harris, sociólogo, escribió un libro muy corto a la vez que esclarecedor que se tituló “Vacas, cerdos, guerras y brujas”. En el libro daba una explicación evolucionista del motivo por el que las vacas eran sagradas en la India, los árabes no toman cerdo, el origen de las guerras y, por supuesto, el papel de la brujería en la Europa de la Edad Media.

Quienes practican la Wicca en la actualidad, ven a la bruja de la Edad Media como mujeres que habían heredado una religión distinta a la católica y que practicaban una doctrina basada en la naturaleza, probablemente de origen celta y con una sabiduría heredada de generación en generación.

En una era en la que no existía un sistema médico asequible a todo el mundo, la mujer hacía de partera y usaba los remedios fitoterapéuticos que tenía al alcance para cuidar de los suyos. Algunas de ellas eran grandes maestras de estos nobles conocimientos porque quien trabaja con plantas, acaba descubriendo de ellas, maravillas increíbles.

Según Marvin Harris, para la nobleza y el clero, asentados en un trono de oro, que en cualquier momento podía tambalear, si el pueblo se volvía contra ellos, la figura de la bruja suponía una herramienta perfecta para mantener el pueblo a raya. A la bruja se le achacaba la desgracia del pueblo, la ruina de las cosechas, la enfermedad, el asesinato… cualquier asunto que pudiera perturbar al pueblo lo asumía la bruja y era llevado a la pira con ella. De esta manera, la ira del pueblo jamás se volcaba sobre los verdaderos culpables.

Muchas mujeres han sido torturadas y asesinadas por la irracionalidad de un pueblo inculto dirigido por un clero corrompido. Todavía hoy se utiliza el término “bruja” con connotaciones negativas refiriéndose a éstas como mujeres feas que raptan, embaucan o asesinan a niños, cuando en realidad se trataba de mujeres acusadas injustamente de delitos que nunca cometieron.

Pero es inevitable, para una mujer, conectar con lo mágico. A fin de cuentas, lidiamos con lo más mágico que existe, que es traer un alma al mundo. Las mujeres tenemos ese algo especial que nos hace ver el mundo de una manera más sutil. Somos mucho más receptivas a las prácticas espirituales aunque no necesariamente religiosas. Tenemos una necesidad constante de conectar con la Energía Universal y solemos vivir una búsqueda continua de experiencias espirituales.  En épocas más cerradas no hemos tenido más remedio que vivir estas experiencias desde el acotado mundo religioso que nos ha rodeado. Muy posiblemente, detrás de esta acotación, se esconda un miedo por el alcance que podemos llegar a tener en lo mágico. En las eras en las que no hemos podido desarrollar nuestro potencial espiritual (porque la religión no lo permitía), tampoco ahora se nos ha permitido desarrollar todo nuestro potencial porque se considera de incultos o de poco avanzados, tener inquietudes espirituales.

Por eso, el arte noble de conectar con los alimentos, lo vegetal o con la Tierra, que es la única que puede entendernos porque es Madre, sigue siendo hoy en día objeto de burlas. ¿Acaso podrías recomendar este libro a cualquier persona?

Tu búsqueda no ha terminado. Algo dentro de ti, sigue deseando conocer qué se esconde detrás de lo que ven los ojos.  ¿Es el cerebro quien nos engaña o existe una realidad sutil que aún no conocemos? Es fácil responder esta pregunta con otra: ¿Tenían razón las personas que fueron asesinadas porque dijeron que la Tierra, una esfera maravillosa, giraba en torno al Sol?

Lo que el conocimiento todavía no ha llegado a comprender con su ley de lógica, las mujeres lo llevamos intuyendo siglos. Tenemos el derecho y la libertad de decidir si vamos a seguir por la senda mágica o por el contrario vamos a ignorarla considerando que todo lo extraño que nos ha rodeado sólo son coincidencias o engaños de nuestra vista. Son los seres humanos los que condenan. Nadie del lado divino lo hace.  Por tanto, es una elección individual y respetada.

Quien decide optar por esta senda tiene un premio y un castigo. El castigo, ya lo conocemos, será objeto de burla en el mejor de los casos o quemada en la hoguera en uno de los peores. El premio será ver este mundo de una manera más hermosa y sorprendente.

Actualmente sabes que existen dos formas de cocinar: o calentando en el microondas el sobre congelado de comida precocinada que compraste en el supermercado, o cocinar lentamente y con amor cada una de las verduras que compraste en la tienda ecológica. Si haces lo segundo, ya estás haciendo algo por la salud de los tuyos.

Pero existe una tercera forma de cocinar mágica y maravillosa que es la que te propongo en este libro y consiste en  incluir una intención en cada uno de los alimentos que cocinas para buscar la felicidad de los tuyos, una intuición positiva y libre para ellos, aunque a su vez protectora y llena de amor.

Alguna vez habrás oído decir que el secreto de un buen plato es el amor. En realidad, el amor está detrás de cada proyecto exitoso que ejecutes en tu vida. Es la pasta de la que están hechas las cosas y es el material del que está hecha la magia. Si amas a los tuyos debes amar cada uno de los alimentos que pones en sus platos. Sólo así podrán percibir, a través de una excelente digestión, un amor intenso y protector.

Hacer magia blanca en la cocina, consiste en imprimir intenciones y deseos en cada uno de los vegetales que echas en la olla con el fin de convocar las fuerzas espirituales que acompañen a tus comensales para conseguir más felicidad en sus caminos, más fuerza en sus propósitos y más suerte en sus búsquedas. Es un paso más allá en el mundo de la cocina.

Lejos de lo que se piensa sobre la brujería y la magia, no vas a necesitar extraños rituales para convocar estas fuerzas. Tocar, sentir, convocar o encantar son las técnicas que aprenderás en este manual mágico. No necesitas estampas, velas, altares ni ingredientes difíciles de conseguir porque trabajaremos con los vegetales de la cocina, la sal, las especias, las hierbas aromáticas… ingredientes sencillos y fáciles de encontrar en tu despensa que están cargados de magia y que te servirán para elaborar los platos de siempre pero con una intención mágica y espiritual.

En cuanto empieces a trabajar con magia, al principio no notarás las diferencias y pensarás que la tarea de encantar tu comida es absurda pero conforme vas penetrando en esta senda y empezando a ver resultados inesperados, hechos sorprendentes, será imposible para ti desprenderte de esta tarea.

Quizá no se te dé bien la cocina. Trabajar con la cocina mágica es muy diferente al simple hecho de cocinar. A partir de trabajarla empezarás a sentir que tu mente se abre a nuevas experiencias, que empiezas a tener sueños con frases y mensajes, ideas sobre recetas nuevas serán reveladas. Con el tiempo aprenderás a comunicarte con las plantas que forman parte de tu cocina y sus elementales.

No hay dietas

La cocina mágica no tiene nada que ver con el veganismo, el vegetarianismo, la dieta crudivegana, la paleo o cualquier otra dieta que hayas decidido tomar en tu vida. En realidad cada paso mágico se da siempre en la dirección vegetal pero respeta tu opción dietética.

El motivo por el que este libro te enseñará a trabajar la magia de los alimentos vegetales es porque son los únicos que siguen teniendo una energía mágica y espiritual incluso cuando sus señales de vida han desaparecido.

Además, los que practicamos la magia blanca estamos en contra de usar a los animales como reclamo mágico. No es necesario el sacrificio de ningún animal para ningún fin mágico.

Los animales que comemos han sido arrancados de la vida sin su permiso. Algunos de ellos, incluso han sufrido un encarcelamiento desde su nacimiento. Aprenderemos a sanar de forma mágica el sufrimiento de estos animales para que no pasen a tus comensales todo su sufrimiento.

Principios de la Magia Vegetal  

La práctica de la cocina mágica es la mejor forma de práctica mágica que puedes utilizar porque cumple con uno de los principios básicos de la magia vegetal, que es el principio de cercanía por el cual se indica que debe trabajarse las plantas que crecen cerca de ti o que vienen a tus manos de una forma sorprendente (alguien te regala una planta, o una semilla cae en tu jardín o similar).

También deberás tener en cuenta otros principios de los que te hablo a continuación:

Principio de elección vegetal: de la misma forma que una planta decide estar contigo también decide no estarlo. Aunque te empeñes en sembrar una planta, si la semilla no quiere germinar en el sitio que has decidido para ella, no lo hará. No te empeñes en tener plantas en tu casa que no quieren estar contigo porque mágicamente no las necesitas, aunque te hayan dicho que funcionan muy bien para el dinero, para la protección o para el trabajo.

Afortunadamente por cada propiedad mágica existen miles de plantas dispuestas a hacer el trabajo que necesitas.

Principio de vibración: en cuanto comprendas cómo funciona el encantamiento de una planta, descubrirás en qué consiste la vibración pero he de indicarte que  por este principio, no necesitas una cantidad mínima de nada para conseguir un objetivo mágico. Bastará con una pequeña pizca para incluir la intención que buscas. Por ejemplo, sabes que sólo se echan unas pequeñas hebras de la flor del azafrán para hacer una excelente paella. La flor del azafrán tiene la propiedad mágica de acelerar cualquier tipo de resultados. Bastará que añadas una sola hebra encantada para que todo un plato tenga el efecto mágico, aunque hicieras una paella de 20 kilos de arroz en las fiestas del pueblo. 

Principio de espíritu constante: este principio indica algo de lo que ya te he hablado y es que el espíritu mágico se mantiene constante y con la misma energía aunque la planta haya perdido su vitalidad.

Principio de comunicación. Este principio será muy importante a la hora de encantar las plantas. Al practicar el encantamiento, se producirá una comunicación bidireccional entre el practicante y la planta a un nivel emocional que descubrirás con la práctica de la magia.

Principio de similitud fitoterapéutica hace alusión a las propiedades terapéuticas de las plantas. Sus virtudes terapéuticas también son virtudes mágicas. Es decir, que pueden utilizarse de forma vibracional.

Principio de doble dirección: indica que una planta que sirve para un fin mágico también sirve para el contrario.

Principio de comunicación morfológica: comprenderás perfectamente este principio cuando te explique una vieja historia de las brujas.  

Cuando uno se imagina una bruja en la actualidad, se la imagina calentando un caldero en el que echa unos ingredientes muy raros: ojos de rana, pelo de ciervo, patas de araña y cosas así. En realidad, esos ingredientes no eran literales. Hacían alusión a plantas que se parecían a esos ingredientes y escribían esos nombres comparativos para que nadie supiera qué planta exacta era ya que aquellas recetas eran secretas y personales. Todavía hoy se conservan algunos de esos nombres como la cola de caballo, rabo de gato (zahareña), diente de león etc. Las plantas se parecen a sus principios mágicos. El ejemplo de la manzana que se parece al corazón o la nuez al cerebro da una pista sobre su fin mágico.

Principio de generosidad. Este principio afirma que las plantas son generosas por definición, que han venido a este mundo a alimentarlo y que puedes tomarlas porque ellas han decidido que así sea. Pero es recomendable siempre pedirle permiso. ¿Qué ocurre cuando una persona que no está acostumbrado a que le pidan permiso por su trabajo de repente se lo pides? Te lo dará con más generosidad, más amor, más eficacia e incluso más rapidez, porque estará más agradecido por tu reconocimiento. Los vegetales que has comprado en un supermercado no han sido recogidos bajo este principio pero tú tienes la oportunidad de enmendar eso pidiéndole permiso antes de cocinarlo. Basta con que le informes de su destino (“con tu permiso voy a utilizarte para este plato que voy a cocinar”) y después le das las gracias por su generosidad.

Principio de confianza creciente. Conforme practiques la magia, como te he comentado anteriormente, tu mundo mágico se abrirá cada vez más y esto ocurre porque el mundo vegetal, conforme te va conociendo y descubriendo que tus intenciones son inofensivas, serán más generosas contigo, más receptivas con tus prácticas mágicas y más efectivas.

Principio de la simplicidad: la magia con plantas no necesita de extraños rituales ni artificios raros. A diferencia de lo que habrás escuchado en otros sitios, la magia con los vegetales de la concina no necesitan ninguna configuración astrológica. La intuición será tu más importante herramienta para trabajar con esta práctica.

Principio de imposibilidad egoísta: No se puede usar magia con vegetales para un acto egoísta como tampoco puede utilizarse las plantas en magia negra pese a que la gente lo hace ignorando que sus intenciones mágicas son transmutadas por las plantas utilizadas. Es por eso que la mayoría de las prácticas de magia negra se usan sacrificios animales y otras perversiones y se hace un menor trabajo druida. De forma intuitiva, quien practica magia negra ve en el trabajo con plantas, un trabajo pequeño, sin apenas importancia, y va buscando herramientas terribles para sus propósitos. Esa repulsión natural es un indicativo de que las plantas no se prestan a intenciones crueles.

Principio de adopción consciente: Significa que la planta puede adoptar una función mágica si históricamente se le ha asociado con ésta. Por ejemplo, la llamada “planta del dinero”. Es una planta que se ha llamado así tanto tiempo que la propia planta “acoge” esa función mágica con mucho más poder que con sus otras funciones mágicas aunque ésta nunca le hubiera pertenecido.

Te preguntarás si los alimentos vegetales que proceden de la manipulación genética tiene en realidad un efecto mágico con el que poder trabajar. La respuesta es que no es tan auténtico y tan intenso como el de una planta silvestre pero sigue guardando una intención mágica. También contiene una información humana porque, sin querer, ha sido programada por el ser humano para, por ejemplo, no servir de alimento a sus típicos depredadores. Esa adaptación genética le ha robado a la planta su derecho a decidir a quién quiere alimentar. Es producto de un acto egoísta del ser humano.  Pero por el mismo principio de imposibilidad egoísta, los vegetales manipulados transmutan esa acción egoísta convirtiendo su efecto mágico en algo distinto.Por ejemplo, la propiedad mágica de la soja es la fertilidad. Sin embargo, la propiedad mágica de la soja manipulada genéticamente es el éxito. La planta ha cambiado el propósito de la fertilidad cuando se le ha añadido la información genética nueva pero, puesto que su trasmutación siempre es positiva, lo ha convertido en otra cosa. El efecto es que el uso de un alimento transgénico para un fin mágico podría no selefectivo porque sus fines mágicos son distintos, aunque esto tampoco es problema porque en cuanto empieces a comprender la forma en cómo se comunican las plantas sabrás también cuál es su virtud mágica de una forma instintiva. No obstante, al final de este libro encontrarás un listado de los alimentos vegetales más comunes y sus virtudes mágicas. Entre ellos no encontrarás información sobre la propiedad mágica de la opción transgénica debido a que no puedo saber a ciencia cierta con qué intenciones ha sido manipulada la planta pero sí te indicaré algunas pistas por las cuales puedes descubrir su fin mágico.    

 

6 thoughts on “Primer capítulo del libro «Brujería en la cocina»

  1. Buenas noches me gustó mucho el vídeo de las propiedades mágicas de las plantas de 1 hora 21 minutos y 6 segundos y que regalaban el libro de bujeria en la cocina o algo así que había que colocar druidismo pero no lo pude lograr no sé que me faltaría .le agradecería poderlo obtener gracias.

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